‘No quiero ir a trabajar’. Cómo enfrentarse a la desmotivación laboral

Autor: Júlia Ribas Rodriguez
Fecha de publicación: 25 junio, 2019

A algunos les ocurre solo a veces. Otros lo sufren prácticamente cada mañana. La falta de ganas de ir a trabajar, la desmotivación por el trabajo que realizan, es uno de los factores que más estrés pueden llegar a sumar a sus vidas, y es que es una situación complicada en la que se encuentran entre la espada y la pared, en un trabajo que no les gusta, pero que deben hacer para poder seguir adelante con sus vidas. El problema viene de raíz, por supuesto, del propio hecho de que hay mucha gente que trabaja en cosas que no le gustan realmente, y que simplemente están ahí por estar, para ganar un sueldo con el que dar de comer a su familia.

La situación, sin embargo, puede complicarse bastante si es algo común y constante y no encontramos la manera de solucionarlo. La desmotivación laboral no deja de ser algo bastante habitual, pero que llegado el caso, puede derivar incluso en algo más grave, como depresiones o ataques de ansiedad. Y es que estar encerrado en un trabajo que no nos gusta es bastante desmotivador. ¿Debemos dejarlo y buscar algo que nos guste más? ¿Debemos aguantar y aprender a tomarnos las cosas de otra manera? Vamos a dar algunas claves sobre cómo sobreponernos a esta desmotivación que puede hacer que toda nuestra vida se tambalee.

Causas de la desmotivación laboral

Como con cualquier problema, lo importante es saber de dónde procede, para entender su origen, su raíz, y así tratar de solventarlo desde ahí. Las causas de esa desmotivación laboral son diversas. No hablamos solo de estar encerrado en un trabajo que no nos gusta demasiado, sino también en la propia desmotivación que se da cuando el ambiente laboral no es el mejor, o cuando por más que nos guste lo que hacemos, no somos recompensados por ello, ni nos llevamos ningún tipo de reconocimiento. La rutina natural de hacer lo mismo durante muchos años también puede ser una causa real de esa desmotivación.

Fórmate para mejorar en tu trabajo

Tal vez parte de la desmotivación laboral venga porque estamos estancados siempre en el mismo trabajo. Para eso hay una solución bastante sencilla, que no tiene que ver con dejarlo, sino con formarnos mejor, con seguir preparándonos para acceder a otros puestos más importantes, en los que tal vez podamos estar más a gusto y brillar más con nuestra propia labor. Mejorar y crecer dentro del trabajo siempre será algo beneficioso, porque si no te va bien en esa empresa siempre puedes aspirar a entrar en otra, ahora con un currículum perfeccionado y con toda la experiencia del mundo.

Haz que te valoren y te tengan en cuenta

Hay empresas que no saben cómo valorar a sus trabajadores, o que estiman que tampoco depende de ellos que se sienta así de valorados. No son pocos los estudios que apuntan a que los trabajadores que se saben valorados desarrollan mucho mejor su labor. Por eso hay que insistir en llevarnos el mérito que nos corresponde, sin que se trate de algo egocentrista, sino sencillamente justo. Hacer que nos valoren por lo que hacemos, por la labor importante que desarrollamos en el trabajo, puede espantar esa desmotivación que de otra manera no tardará en aparecer seguramente.

Ten una actitud proactiva

Dependerá de la empresa eso de valorarnos, pero nosotros también hemos de poner de nuestra parte, tomando una actitud proactiva, demostrando que somos buenos en lo que hacemos y que queremos trabajar lo mejor posible para conseguir los objetivos marcados. La actitud proactiva tiene que ver con hacer las cosas sin que nos las tengan que pedir, con tomar partido en decisiones que nos competen, con demostrar nuestro interés en todo lo que ocurre en nuestro trabajo… En definitiva, es todo lo contrario a pasar del resto del mundo, a quedarnos acomodados en un rincón mientras los demás lo hacen todo y nosotros nos limitamos a darle una vuelta a lo que tenemos que hacer.

Intenta superarte día a día

La desmotivación suele deberse a esa sensación de haber quedado estancados en un lugar, en un puesto de trabajo, en una empresa… Lo importante entonces es moverse, tal vez no fuera de ese puesto o de esa compañía, pero sí de nuestra situación actual. Mejorando nuestra formación, atreviéndonos con nuevos retos, llegando siempre más allá, conseguiremos superarnos día y a día y salir de esa situación de hartazgo y de inmovilidad en la que había surgido nuestra desmotivación. Lo haremos por nosotros, por nuestra propia labor y por nuestro trabajo, no por la empresa ni por nadie en ella, aunque evidentemente, los resultados serán beneficiosos para todos.