Alien es, sin lugar a dudas, una de las mejores sagas de ciencia ficción y terror de la historia del séptimo arte. Cuando la primera parte de dicha saga se estrenó, de la mano del cineasta Ridely Scott, en el año 1979 (y con spoiler incluido en el título en español, el octavo pasajero), el filme se convirtió en una de las películas de referencia para la nueva ola de ciencia ficción que debía recoger el testigo de 2001: Una Odisea en el Espacio, lanzada una década antes. Aunque la fiebre por el cosmos parecía haber disminuido un poco, y las películas sobre demonios y casas encantadas volvían a estar de moda, Scott consiguió algo inaudito con su Alien, mostrar un tipo de terror psicológico tan lejano en su concepto como implacable en su ejecución. Y es que, como bien se decía en la promoción de la película, en el espacio nadie escucha tus gritos.
La historia de la tripulación del Nostromo y su lucha contra un extraño ser alienígena que era capaz de colonizar sus cuerpos comenzaba con una escena de lo más tranquila, pero pocas veces vista antes en el cine: el despertar de los tripulantes de la nave después de años de hipersueño. Al tener que recorrer distancias siderales durante muchos años, con todo el perjuicio que eso significaría para el cuerpo humano, los tripulantes se inducen a sí mismos en el hipersueño o animación suspendida, un estado en el que se mantienen dormidos, como hibernando, durante un largo tiempo, protegidos además por el campo de estasis, que les hace permanecer jóvenes y con las mismas cualidades con las que se fueran a “dormir”. El concepto de hipersueño se volvió desde entonces muy popular en la ciencia ficción, y lo sigue siendo hoy en día, momento en el que muchos ya piensan en trasladarlo a la vida real.
Qué es la animación suspendida o hipersueño
Aunque en muchas ocasiones se tiende a confundir ambos conceptos, la animación suspendida y el hipersueño no son exactamente lo mismo. Se parecen mucho, eso es cierto, pero mientras la primera es algo realista, que de hecho se ha conseguido ya en forma de pequeños logros, el hipersueño, tal y como lo entendemos, es solo un concepto de ciencia ficción. La animación suspendida se refiere a conseguir que el organismo de un ser humano o un animal vaya mucho más lento y casi se detenga en sus constantes vitales, algo que favorecería, por ejemplo, el llevar a cabo una operación muy peligrosa de corazón, casi como induciendo un coma. Se busca llevar a nuestro cuerpo a su estado de letargo, pero no pararlo por completo, y duraría tan solo unas horas, o al menos es lo que se ha conseguido hasta ahora.
Por su parte, el hipersueño es un concepto todavía poco realista, en el que se puede inducir a un sueño bastante largo a una persona o animal, manteniendo sus constantes vitales y protegiéndoles a través de un campo de estasis, que teóricamente evitaría que el tiempo pasara en el lugar donde se encuentran esos cuerpos, para mantenerlos jóvenes durante todo el proceso. El hipersueño sería un estado fácilmente reversible y, en principio, no dejaría grandes secuelas ni físicas ni psicológicas en aquellos que lo disfrutaran. Se ideó como un sistema para poder enviar a los seres humanos al espacio en viajes interestelares de muchos años, más de los que una persona normal suele vivir, de hecho. Así se conseguiría dormirles mientras se viaja, para despertarles justo cuando están llegando a su destino.
Hipersueño en la ciencia ficción
El concepto de hipersueño se volvió muy popular a raíz de la aparición de la saga Alien, a finales de los años 70, como un recurso perfecto para utilizar en la ciencia ficción espacial. Los tripulantes de la nave Nostromo podía dormir durante décadas y despertar perfectamente justo antes de la llegada a su destino, aunque no contaba con la aparición del alienígena que les traería por la calle de la amargura. Posteriormente, el concepto de hipersueño ha sido utilizado de esa manera en numerosas obras de ciencia ficción, en el cine y la literatura sobre todo. Películas como Pandorum, Avatar o Passengers lo han usado para llevar a una nueva dimensión esa búsqueda espacial que, al menos en términos realistas en la actualidad, se antojaría imposible por las gigantescas distancias que una nave debería recorrer.
El letargo fisiológico en la vida real
Ya hemos visto anteriormente que el concepto de hipersueño y el de animación suspendida tienen una pequeña variación, y es que la hibernación del hipersueño es total, mientras que la de animación suspendida es mucho más limitada, tanto en tiempo como en posibilidades de parar el organismo. En la actualidad, se utiliza una suerte de animación suspendida, comprendida como letargo fisiológico, para conseguir una mejor respuesta del organismo en ciertos momentos críticos. Una operación a corazón abierto en la que hay que rebajar el ritmo cardíaco, una situación en la que la persona puede morir desangrada, tratando de frenar el pulso para que eso no ocurra… Los médicos y científicos trabajan de manera continuada para mejorar este proceso, pero por ahora solo han conseguido que el letargo fisiológico dure algo menos de una hora, sin que provoque verdaderos daños irreparables en las personas a las que se les induce.
Cómo podría plantearse este estado
Sin embargo, aunque se esté lejos de llegar al punto de hacer una realidad del hipersueño, el letargo fisiológico ya es visto por muchos como un primer paso en esta utopía. Se sabe que hay opciones de rebajar al mínimo las constantes vitales de un cuerpo, y conseguir así inducir un estado muy parecido al de la hibernación del hipersueño, pero no es un estado tan sencillo de resolver, y las secuelas físicas y mentales que suele dejar todavía son demasiado fuertes. En las películas, el propio estado de hipersueño “protege” a la persona inducida y evita que sus células envejezcan, para que pueda despertar con la misma vitalidad y en las mismas condiciones a como se fue a “dormir”. Esto se consigue gracias al proceso de estasis, algo que todavía no se ha logrado desentrañar en la realidad.
Lo más parecido que se ha podido lograr, y está lejos todavía del objetivo final, es la criogenización. Se sabe que el frío es un buen conservante para los órganos vitales, y en muchas obras de ficción también se ha utilizado este recurso para colocar a una persona actual en el futuro, conservando su cuerpo en hielo para que pueda ser revivido mucho más adelante. Aparece en Ubik, en Futurama o en Abre los Ojos, e incluso muchos piensan que el propio Walt Disney está criogenizado en algún lugar de los Estados Unidos. Esto último es solo un mito, pero sí que hay empresas que se dedican ya a este tipo de procesos, congelando el cuerpo completo de una persona, normalmente enferma, o incluso solo su cerebro, para poder “revivirlo” en el futuro, cuando la tecnología lo permita.