El deseo sexual es un rasgo común a cualquier ser humano (posiblemente, a cualquier ser vivo con cierta conciencia) ya que está en nuestros genes más primarios. Como cualquier otra especie, la humana también busca reproducirse, dejar su marca en el planeta a través de sus genes. Es por eso que el deseo sexual, por más que haya sido reprimido, ha tenido una importancia vital en el transcurso de la historia. De hecho, muchos expertos apuntan a esta causa como el principal motivo por el cual siempre se ha querido controlar ese deseo por parte de las religiones. A través de la moral, convirtiendo el sexo en pecado, la mayoría de fes religiosas han intentado apartar a los hombres y mujeres de la sexualidad. Era un instinto demasiado poderoso como para no ser controlado, y aunque sirvió durante mucho tiempo, en las últimas décadas nos estamos volviendo a liberar. Eso sí, a estas alt8uras no sabes si lo hemos hecho para bien o para mal.