Pasillos amplios, limpios, luminosos; estanterías repletas, alimentos perfectamente envasados, ofertas que no podemos rechazar, cabeceras con productos a precios tentadores, espacios sin ventanas para perder la noción del tiempo, ambiente agradable que invitan a detenernos despreocupadamente entre la mercancía. Un hilo musical de melodías agradables, apta para todos los oídos y a un volumen que no moleste a nadie.
Los supermercados llevan décadas desarrollando técnicas para que vaciemos la cartera en cuanto pisamos algunos de sus puntos de venta. La elección de los colores, el aspecto fresco de los alimentos, los estantes repletos de mercancía, las ofertas del 3×2, del 2×1 o del descuento del 70% en la segunda unidad, todo ello te llevará a los lineales de caja con el carrito repleto de comida cuando llegaste a la tienda con la idea de comprar el pan y unos pocos embutidos.